La construcción de la línea de transmisión de energía de alto voltaje entre Irán y Armenia avanza después de una década de retrasos, demoras técnicas, crisis financieras y obstáculos políticos. Según confirmó el ministro de Administración Regional e Infraestructura, las obras se encuentran en una fase activa, y el gobierno apunta a completar el sistema eléctrico completo en 2028.
El proyecto, que contempla una línea aérea de 400 kV y una nueva subestación, permitirá a Armenia triplicar sus exportaciones eléctricas hacia Irán, fortaleciendo así su papel como un actor energético regional en el corredor energético Norte-Sur. Este ambicioso plan no solo conecta a Armenia con Irán, sino que también proyecta una futura interconexión con Georgia, lo que ampliaría el alcance regional de la infraestructura.
Una década de retrasos
El proyecto Irán-Armenia se remonta a 2015, y originalmente se esperaba que entrara en funcionamiento a finales de 2019. Sin embargo, se suspendió en 2017 tras una reestructuración técnica, y luego volvió a sufrir demoras por la pandemia del COVID-19 y la guerra en Artsaj. En declaraciones recientes, el primer ministro Nikol Pashinyan atribuyó la mayor parte de los obstáculos a «problemas con la empresa constructora y su financiamiento», reconociendo que la demora también tiene un componente de mala gestión previa.
A pesar de que en 2024 se destinaron más de 19.000 millones de dólares al sector energético desde el presupuesto estatal, el tramo final de esta obra estratégica aún está pendiente. Según explicó el ministro de Agricultura y Agroalimentación, David Khudatyan, el trabajo se ha reanudado con mayor intensidad y “la mayor parte ya está hecha”.

Seguridad energética y autonomía
El experto en seguridad energética, Arthur Ghani, destacó en entrevista con Radio que este proyecto es vital para la seguridad energética, independencia y estabilidad económica de Armenia. Según sus palabras:
“Tan pronto como se ponga en funcionamiento la línea de transmisión de energía, será posible aumentar tres veces el volumen de las exportaciones de electricidad de Armenia a Irán. Dadas las posibilidades técnicas, esto se hará de forma gradual”.
Ghani añadió que esta línea evitará que Armenia tenga que apagar estaciones eléctricas, algo que ocurre actualmente por falta de capacidad de exportación, y permitirá no solo sostener el superávit energético interno, sino generar ingresos por ventas regionales.
Además, el experto subraya el componente estratégico del proyecto: las regiones del norte de Irán, donde se concentra la demanda, están lejos de la red principal, lo que convierte a Armenia en un socio logístico ideal. “Es recomendable importar electricidad desde Armenia”, aseguró Ghani, insistiendo en que Teherán debería priorizar esta alianza energética.
Enlace clave del corredor Norte-Sur
La línea Irán-Armenia se integra dentro del corredor energético Norte-Sur, una estrategia que busca conectar a Irán con Rusia y Europa del Este mediante flujos energéticos a través del Cáucaso. Sin embargo, el segundo tramo del proyecto —la conexión Armenia-Georgia— aún no ha sido ni siquiera diseñada.
“Para que el proyecto Houssis-Sur se convierta en una realidad, se debe llevar a cabo la construcción de esta línea de transmisión de energía”, advirtió Ghani.
El futuro energético se juega hoy
Con una fecha estimada de finalización para 2028, el éxito de este megaproyecto dependerá tanto de la estabilidad interna en Armenia como del compromiso de Irán en el plano energético. De concretarse, Armenia se posicionará como hub energético en el Cáucaso, una posición que puede incrementar su autonomía, atraer inversiones y reconfigurar su lugar en la geopolítica regional.
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