Armenia mantiene sus demandas contra Azerbaiyán en tribunales internacionales, buscando justicia por violaciones de derechos humanos y la protección del patrimonio cultural armenio.
Armenia ha reafirmado su compromiso de continuar con las demandas presentadas contra Azerbaiyán en varios tribunales internacionales, como parte de su esfuerzo por defender los derechos humanos y el patrimonio cultural de los armenios.
Según Yeghishe Kirakosyan, representante armenio para Asuntos Jurídicos Internacionales, el retiro de estas demandas no está contemplado en la agenda actual del país, ya que los procesos judiciales siguen su curso, con la expectativa de obtener decisiones justas.
Durante la Segunda Cumbre Mundial Armenia celebrada en Ereván, Kirakosyan subrayó la importancia de los procedimientos legales en la Corte Penal Internacional (CPI) y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH). Estos tribunales están evaluando denuncias interpuestas por Armenia, que van desde la ocupación de territorios soberanos armenios hasta la discriminación racial sistemática y la propaganda de odio impulsada por Azerbaiyán.
En particular, Kirakosyan enfatizó que los tribunales internacionales no solo buscan restaurar los derechos violados, sino que también son escenarios de una “guerra de narrativas” entre ambas naciones.
“Muchos de los relatos que Azerbaiyán ha estado difundiendo durante décadas están siendo refutados en estos juicios”, declaró, destacando el impacto significativo que estos fallos tendrán en el comportamiento de Azerbaiyán y en el proceso de paz.
Una de las demandas más importantes presentadas por Armenia está relacionada con la protección del patrimonio cultural en Nagorno-Karabaj. En 2021, el tribunal internacional aprobó una medida provisional que protege los monumentos culturales armenios, reconociendo la preocupación por los intentos de Azerbaiyán de borrar la identidad histórica de los armenios en la región.
Kirakosyan afirmó que los juicios contra Azerbaiyán también forman parte de la estrategia de Armenia para contrarrestar las narrativas históricas impulsadas por su vecino, que buscan justificar la ocupación y la represión de los derechos de los armenios en Artsaj.
“Esta es una parte importante del proceso de paz, porque la justicia y el reconocimiento de la verdad son esenciales para una paz duradera”, añadió.
A pesar de las tensiones, Kirakosyan señaló que los procedimientos legales no deben verse como un obstáculo para el diálogo diplomático. De hecho, las demandas contra Azerbaiyán y las negociaciones de paz pueden coexistir.
Según el representante, cualquier intento de enfrentar los procesos judiciales con las negociaciones es artificial y, en muchos casos, proviene de Azerbaiyán, lo que refleja su preocupación por los fallos judiciales que podrían afectar su posición.
La comunidad internacional también ha estado siguiendo de cerca estos desarrollos, ya que las decisiones de los tribunales no solo tienen implicaciones en términos de justicia para las víctimas del conflicto, sino que también podrían establecer precedentes importantes en la protección de los derechos humanos y la discriminación racial a nivel global.
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