La región del Cáucaso continúa siendo un escenario de complejidad y rivalidades históricas, donde recientes acontecimientos han evidenciado el endurecimiento de posiciones y la reconfiguración de alianzas. Mientras Armenia reafirma su compromiso con su soberanía y rechaza la mediación de Rusia en las negociaciones con Azerbaiyán, medios azerbaiyanos denuncian la existencia de una supuesta red de espionaje rusos que operaría en Bakú.
Armenia y la Defensa de su Soberanía
En una serie de declaraciones recientes, el presidente de la Asamblea Nacional de Armenia, Alen Simonyan, dejó claro que, en el contexto del desbloqueo de las comunicaciones en la región, Azerbaiyán etiquetará cualquier vía de conexión con su enclave como un «corredor». Simonyan afirmó:
«Cualquiera que sea el camino, lo llamarán ‘corredor’. Un ‘corredor’ que no esté bajo la soberanía de la República de Armenia es inaceptable para nosotros.»
Estas palabras resaltan la importancia estratégica de mantener el control sobre las rutas de acceso y la integridad territorial. Además, Simonyan manifestó su rechazo a aceptar la mediación rusa en las negociaciones con Azerbaiyán, recordando experiencias pasadas negativas:
«Hemos tenido malas experiencias en el pasado. Rusia debe hacer un esfuerzo gigantesco para convencer al pueblo de Armenia de su sinceridad. Esto es inaceptable para nosotros.»
Al mismo tiempo, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Armenia ha desmentido rumores sobre la apertura de la frontera con Turquía. El portavoz, Ani Badalyan, declaró que actualmente no hay cambios en el puesto de control de Margara y que cualquier avance se comunicará oficialmente.

Acusaciones de Espionaje en Azerbaiyán
Por su parte, los medios azerbaiyanos, entre ellos Qafqazinfo, han vuelto a reportar sobre la existencia de una «red de agentes rusos» en Azerbaiyán. Según estas informaciones, la estructura estaría compuesta por altos exfuncionarios que habrían recibido instrucciones de la inteligencia rusa para influir en los procesos sociopolíticos del país. Entre los nombres mencionados se encuentran Ramiz Mehdiyev, exjefe de la administración presidencial, conocido como el “cardenal gris”, Eldar Makhmudov, exministro de Seguridad Nacional, Abulfas Garayev, exministro de Cultura, Azad Rakhimov, exministro de Juventud y Deportes, y Elmar Mammadyarov, exministro de Asuntos Exteriores.
Asimismo, se informó que la Casa Rusa en Bakú ha cesado sus actividades a petición del Ministerio de Asuntos Exteriores de Azerbaiyán, debido a problemas de registro legal. Frente a estas acusaciones, tanto Elmar Mammadyarov como Ramiz Mehdiyev han calificado las imputaciones de infundadas y falsas. Aunque estas denuncias no han desencadenado medidas penales oficiales, han contribuido a aumentar la tensión en la región.
El Rol de Actores Internacionales en el Escenario Caucásico
La dinámica en el Cáucaso no se limita únicamente a los enfrentamientos entre Armenia y Azerbaiyán. En una reunión en el Palacio del Elíseo, el presidente Emmanuel Macron expresó su apoyo a Armenia y se comprometió a impulsar la cooperación bilateral en áreas como la economía, la infraestructura y la seguridad. Macron destacó que el fortalecimiento de estas relaciones es fundamental para lograr estabilidad en la región, donde las disputas territoriales y las intervenciones externas han marcado el devenir de los conflictos históricos.
Esta diversidad de posturas y el juego de influencias entre Rusia, Turquía y actores occidentales como Francia evidencian que el escenario geopolítico en el Cáucaso se encuentra en una fase de reconfiguración, en la que cada decisión tiene un impacto directo en la seguridad y el futuro de los países involucrados.
Las recientes declaraciones y acusaciones subrayan la importancia de que cada actor defienda sus intereses nacionales. Armenia continúa apostando por la integridad de sus fronteras y la defensa de su soberanía, mientras que Azerbaiyán se enfrenta a cuestionamientos internos sobre la posible infiltración de intereses externos. En este contexto, la región se prepara para enfrentar nuevos desafíos, donde la diplomacia y la defensa estratégica serán clave para la estabilidad y el progreso.
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