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El presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, ha presentado una nueva demanda a Armenia en el marco del tenso conflicto entre ambos países: procesar a los héroes nacionales armenios que participaron en la Primera Guerra de Nagorno-Karabaj en los años 90, refiriéndose a ellos como «criminales de guerra». Aliyev sostiene que esta medida es clave para lograr la paz y fortalecer la confianza entre las dos naciones.
El pedido de Ilham Aliyev: Castigo para los héroes armenios
Durante su discurso en la conferencia internacional «Solución para las personas desaparecidas», celebrada en Bakú, Aliyev afirmó que Armenia debe condenar las «atrocidades cometidas contra los azerbaiyanos» y castigar a los culpables, refiriéndose a los combatientes armenios que participaron en la liberación de Nagorno-Karabaj.
Aliyev fue contundente al declarar que en Azerbaiyán, algunos criminales de guerra han sido procesados, mientras que, según él, en Armenia estos individuos han sido glorificados.
“Si Armenia realmente quiere la paz, debe condenar las atrocidades cometidas contra los azerbaiyanos y castigar a los culpables. Esto también puede convertirse en una de las formas más efectivas de generar confianza entre los dos países”, afirmó Aliyev.
Crímenes de guerra: la doble moral de Azerbaiyán
A pesar de las exigencias del presidente azerí, Azerbaiyán no ha procesado a sus propios criminales de guerra. Por el contrario, Aliyev ha sido acusado de recompensar a soldados azeríes involucrados en atrocidades contra prisioneros armenios. Este contraste entre las demandas de justicia hacia Armenia y la falta de responsabilidad en su propio país ha generado críticas internacionales.
En particular, las ejecuciones sumarias de soldados armenios, capturadas en videos de septiembre de 2022, han sido condenadas como crímenes de guerra. A pesar de las pruebas evidentes, Azerbaiyán no ha actuado contra los responsables.
Cambios constitucionales en Armenia: ¿Una solución para la paz?
Otra de las demandas de Aliyev es que Armenia modifique su constitución para eliminar cualquier referencia a Nagorno-Karabaj. Este territorio, disputado por ambos países, ha sido motivo de guerra y tensiones desde el colapso de la Unión Soviética. Mientras Aliyev exige este cambio como una señal de buena fe, Azerbaiyán no tiene intención de modificar su propia legislación, que reivindica gran parte del territorio armenio.
El primer ministro armenio, Nikol Pashinian, ha expresado su disposición a considerar enmiendas constitucionales con el fin de lograr un acuerdo de paz con Azerbaiyán, pero esta posibilidad ha generado un profundo debate interno en Armenia, donde la defensa de Nagorno-Karabaj sigue siendo un tema central.
Un camino incierto hacia la paz
Las demandas de Aliyev reflejan la compleja y enraizada hostilidad entre Armenia y Azerbaiyán. Aunque ambos países han mostrado cierta disposición a dialogar, las profundas heridas del conflicto de Nagorno-Karabaj continúan siendo un obstáculo importante para una paz duradera.
Mientras Azerbaiyán continúa exigiendo acciones concretas de Armenia, muchos en el país vecino ven las declaraciones de Aliyev como una amenaza velada y una forma de presión política. Las acusaciones mutuas sobre crímenes de guerra y el uso de la memoria histórica como herramienta de negociación son solo algunos de los factores que complican la situación.
La exigencia de procesar a los héroes de guerra armenios, muchos de los cuales son considerados patriotas por la sociedad armenia, añade una capa adicional de tensión. Aliyev, quien ya ha dejado claro que Azerbaiyán no cederá en sus demandas territoriales, parece utilizar estas exigencias como un medio para consolidar el control sobre Nagorno-Karabaj y debilitar la resistencia armenia.
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