El 8 de agosto de 2025, en la Casa Blanca, el primer ministro armenio Nikol Pashinián, el presidente de Estados Unidos Donald Trump y el presidente de Azerbaiyán Ilham Aliyev firmaron una declaración trilateral que incluye la apertura de las comunicaciones regionales, con especial atención al tramo armenio del llamado Corredor Medio.
La firma generó intensos debates en medios armenios, rusos y azerbaiyanos, donde circularon afirmaciones falsas como que Armenia habría “cedido un corredor extraterritorial a control estadounidense” o que este documento es equivalente al acuerdo del 9 de noviembre de 2020, firmado tras la guerra de 44 días, pero con un cambio de supervisor.
Según un análisis de la ONG armenia Unión de Ciudadanos Informados, ambos textos abordan el desbloqueo de rutas, pero difieren sustancialmente en principios, control y participación de terceros.

El 9 de noviembre de 2020: control ruso y ausencia de principios
El punto 9 de la declaración del 9 de noviembre establecía por primera vez a nivel jurídico el vínculo terrestre entre Azerbaiyán y Najicheván a través de Armenia, garantizando el “movimiento sin obstáculos” de personas y mercancías en ambas direcciones. Sin embargo, el control de este tránsito recaía en el Servicio de Guardia de Fronteras del FSB ruso.
El texto no mencionaba principios internacionales como soberanía, integridad territorial o jurisdicción, lo que permitió que Bakú y Moscú impulsaran el discurso del “corredor de Zangezur” como un paso extraterritorial, poniendo en cuestión la autoridad de Armenia sobre el trayecto.
El 8 de agosto de 2025: soberanía, reciprocidad y control armenio
En cambio, la declaración del 8 de agosto introduce de forma explícita los principios de soberanía, integridad territorial, jurisdicción y reciprocidad. El documento confirma la apertura de la ruta entre Azerbaiyán y Najicheván, pero subraya que los beneficios de conexión serán también para Armenia, lo que implica que cualquier régimen de libre tránsito aplicará en ambas direcciones.
El punto 4 presenta un nuevo elemento: el proyecto “Trump Route for International Peace and Prosperity” (TRIPP), que prevé que la infraestructura en territorio armenio sea desarrollada por Estados Unidos con participación de una empresa privada, acordada bilateralmente con Ereván. No se menciona cesión de control, arrendamiento o supervisión por parte de esa empresa, y Azerbaiyán queda excluido del proceso de desarrollo.

Manipulaciones y uso político de los textos
Desde ciertos sectores políticos y mediáticos se intentó presentar el TRIPP como una “concesión” de soberanía a Washington, comparándolo con el control ruso del 9 de noviembre. No obstante, a diferencia de aquel acuerdo, la ruta en territorio armenio bajo el marco del 8 de agosto no estará bajo control de fuerzas extranjeras y su desarrollo será estrictamente bilateral.
También se difundió la idea de que, al firmar un documento trilateral, Azerbaiyán se convierte en “copropietario” del tramo armenio, algo que el texto no respalda. Por el contrario, con su firma, Aliyev aceptó que el tránsito se regule bajo los principios que refuerzan la autoridad de Armenia.
Ambos documentos prevén la apertura de comunicaciones y el tránsito entre Azerbaiyán y Najicheván. Sin embargo, el 9 de noviembre implicaba control ruso y ausencia de salvaguardas jurídicas, mientras que el 8 de agosto consolida la soberanía armenia, establece la reciprocidad y excluye el control de terceros sobre el tramo en Armenia.
En palabras de Unión de Ciudadanos Informados, “el nuevo acuerdo no sólo preserva la jurisdicción de Armenia sobre su territorio, sino que limita las posibilidades de reinterpretaciones extraterritoriales como las promovidas con el llamado ‘corredor de Zangezur’”.
Comments