El 28 de enero de 2024, la República de Armenia celebra el 33º aniversario de la creación de sus Fuerzas Armadas. Este hito marca un capítulo crucial en la historia moderna del país, que se remonta a los turbulentos años de 1992-1994, cuando Armenia, recién independizada, se enfrentó a una guerra no declarada con Azerbaiyán. Durante este período, la necesidad de un ejército nacional se volvió imperativa para garantizar la seguridad del país y de la región de Nagorno-Karabaj.
En 1992, el Gobierno armenio adoptó una decisión histórica: «Sobre el Ministerio de Defensa de la República de Armenia», sentando las bases legales para la creación del Ejército Nacional Armenio. Este hecho marcó el inicio de una tradición de reclutamiento que continúa hasta hoy, con jóvenes de entre 18 y 27 años sirviendo por un período de dos años.
Las etapas de formación del Ejército Armenio
La formación del Ejército de la Tercera República de Armenia se desarrolló en tres etapas clave. La primera, entre febrero y mayo de 1992, estuvo marcada por la urgencia de proteger a la población de Armenia y Nagorno-Karabaj ante la creciente tensión con Azerbaiyán. La segunda etapa, de junio de 1992 a mayo de 1994, coincidió con la agresión abierta de Azerbaiyán. Finalmente, la tercera etapa, que comenzó en junio de 1994 y continúa hasta hoy, se ha centrado en la modernización y el fortalecimiento de las capacidades militares.
Cooperación internacional y avances en la formación militar
Desde su creación, las Fuerzas Armadas de Armenia han establecido vínculos estratégicos con organizaciones internacionales como la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) y la OTAN. Además, se han implementado programas de formación en instituciones como el Instituto Militar Vazgen Sargsyan y la Facultad de Medicina Militar de la Universidad Estatal de Ereván, asegurando la preparación de oficiales y suboficiales altamente capacitados.

Desafíos actuales y la necesidad de transformación
A pesar de sus logros, las Fuerzas Armadas de Armenia enfrentan desafíos significativos, especialmente tras la guerra de 44 días de 2020. La derrota en este conflicto ha generado un imperativo de reestructuración y transformación no solo en términos de equipamiento y estrategia, sino también en el ámbito ideológico y de valores.
La relación entre el ejército y la sociedad es fundamental. Según expertos, la comunicación entre ambos debe basarse en la transparencia y el control público, evitando la lógica de «bien o nada sobre el ejército». Este enfoque es crucial para garantizar una gestión efectiva y una transformación exitosa.
A lo largo de sus 33 años de historia, las Fuerzas Armadas de Armenia han demostrado resiliencia y dedicación. Aunque enfrentan desafíos sin precedentes, el compromiso del gobierno y la sociedad armenia con la modernización y la reforma militar ofrece esperanza para un futuro más seguro y estable.
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