El 24 de abril de 2025, Armenia y la diáspora armenia de todo el mundo se reunieron para conmemorar el 110 aniversario del Genocidio Armenio perpetrado por el Imperio Otomano en 1915, un episodio que costó la vida a más de 1,5 millones de armenios. Las ceremonias centrales en Tsitsernakaberd, en Ereván, congregaron a cientos de miles de personas, incluidos el primer ministro Nikol Pashinyan, el presidente Vahagn Khachaturyan y el Católico de Todos los Armenios, Garegin II, bajo un clima solemne de recuerdo y unidad nacional.

Un recorrido cargado de simbolismo
La conmemoración arrancó la tarde del 23 de abril, cuando miles de ciudadanos iniciaron la tradicional procesión de antorchas desde la Plaza de la República hasta el memorial de Tsitsernakaberd. Muchos portaban carteles con los nombres de las veintitrés provincias históricas de Armenia, hoy ubicadas en territorio turco, y vestían cintas con los colores del tricolor armenio y la enseña de Artsaj, como señal de solidaridad con los desplazados de Nagorno‑Karabaj.
Al amanecer del día 24, la explanada junto a la Llama Eterna explotó en un mar de flores: alrededor de 120 000 ramos depositados por familias, veteranos, diplomáticos acreditados en Ereván y organizaciones de la diáspora. Los discursos oficiales subrayaron la necesidad de mantener viva la memoria histórica como escudo ante nuevas formas de negacionismo.
Voces del poder y la iglesia
Nikol Pashinyan, primer ministro, destacó que “hoy reafirmamos nuestro compromiso de justicia: el recuerdo de Tsitsernakaberd es garantía de que nunca más la barbarie aniquile a un pueblo”.
El presidente Vahagn Khachaturyan insistió en que “la herida de 1915 sigue abierta” y urgió a la comunidad internacional a reconocer de forma incondicional el genocidio.
El Católico Garegin II lideró una oración ecuménica y pidió por la paz en Nagorno‑Karabaj, donde, dijo, “se sufre una nueva limpieza étnica”.
Conmemoraciones en la diáspora
Simultáneamente, en París, Washington, Melbourne y decenas de capitales más, las iglesias y centros comunitarios armaron vigilias y exposiciones fotográficas. La Armenian National Committee en EE. UU. celebró un acto en el Congreso, donde varios senadores recordaron que 49 estados y 2 cámaras del Congreso ya han reconocido oficialmente el genocidio.
Como informara SoyArmenio.com, la conmemoración coincide con un declive en la atención mediática respecto al centenario de 2015 y con maniobras diplomáticas de Ankara para amortiguar el impacto. Aun así, solo Turquía sigue negando sistemáticamente el genocidio; el resto del mundo ha incorporado la memoria armenia a su agenda de derechos humanos.

El Genocidio Armenio: historia, desarrollo y legado
El Genocidio Armenio no solo fue el primer exterminio masivo del siglo XX, sino un precedente sombrío para crímenes posteriores. Su reconocimiento por parte de más de 30 países y numerosos académicos contrasta con la negación oficial turca, que persiste como una herida abierta. El 24 de abril, día de conmemoración, simboliza la lucha contra el olvido y la reivindicación de justicia para un pueblo que resiste, desde la diáspora, la erradicación de su memoria histórica.
Contexto Histórico y Antecedentes
A finales del siglo XIX, el Imperio Otomano, en declive tras perder gran parte de sus territorios balcánicos, concentró su atención en las minorías cristianas que permanecían bajo su dominio, especialmente los armenios. Estos, asentados en su patria histórica de Armenia Occidental, fueron percibidos como un obstáculo para el proyecto panturco de los Jóvenes Turcos, un movimiento nacionalista que buscaba consolidar un Estado homogéneo étnicamente turco. La política de asimilación forzada o exterminio se intensificó en las décadas de 1890 y 1900, con masacres sistemáticas que anticiparon el horror venidero.
El Genocidio de 1915-1923: Etapas y Ejecución
El 24 de abril de 1915 marcó el inicio simbólico del genocidio. Ese día, las autoridades otomanas arrestaron y ejecutaron a alrededor de mil intelectuales armenios en Constantinopla (hoy Estambul), incluyendo figuras destacadas en ciencia, arte, educación y religión. Este acto buscaba decapitar cultural y políticamente a la comunidad armenia.
La segunda fase consistió en el reclutamiento de aproximadamente 60,000 hombres armenios en el ejército otomano, quienes fueron posteriormente desarmados y asesinados por sus compañeros turcos. Con la población masculina eliminada, la tercera etapa se centró en la deportación masiva de mujeres, niños y ancianos hacia el desierto sirio de Der Zor. Estas «marchas de la muerte» estuvieron acompañadas de atrocidades: masacres por soldados turcos, bandas kurdas y circasianas, hambre, epidemias, violaciones y conversiones forzadas al Islam. Se estima que entre 1915 y 1923, 1.5 millones de armenios fueron exterminados, mientras que el medio millón restante se dispersó por el mundo.
Ideología y Responsabilidad
El Partido de los Jóvenes Turros, bajo la ideología panturca, planeó el genocidio con el objetivo de expandir su influencia hacia Asia Central, eliminando a los armenios como «obstáculo» étnico y religioso. Contaron con el apoyo tácito de Alemania, aliada del Imperio durante la Primera Guerra Mundial. Aunque los líderes jóvenes turcos evadieron la justicia inicialmente, muchos fueron perseguidos y ajusticiados por supervivientes armenios en años posteriores.
Reconocimiento internacional
Turquía niega tradicionalmente las acusaciones de exterminio masivo de más de 1,5 millones de armenios durante la Primera Guerra Mundial y reacciona con extrema sensibilidad a las críticas de Occidente sobre la cuestión del genocidio armenio.
El hecho del Genocidio Armenio es reconocido por muchos Estados y varias organizaciones internacionales autorizadas. El primer país en reconocer el Genocidio en 1965 fue Uruguay, seguido por Chipre, Rusia, Grecia, Canadá, la Cámara de Diputados de Italia, Líbano, Bélgica, Francia, Paraguay, Argentina, Suecia, Bolivia, Gran Bretaña, Holanda, Eslovaquia, Alemania, Lituania, Venezuela, Polonia, Chile, Suiza, Brasil, Luxemburgo, Austria, el Vaticano, la República Checa, Dinamarca, Portugal, así como el gobierno provisional de Libia, 49 estados y ambas cámaras del Congreso de Estados Unidos, Siria, el Parlamento Europeo, el Consejo Mundial de Iglesias.
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