Este 21 de mayo se conmemora en todo el mundo el Día de Luto Circasiano, una fecha que recuerda el trágico exilio y genocidio del pueblo circasiano, ocurrido hace 161 años en medio de una brutal campaña de represión y exterminio por parte de la Rusia zarista. Los circasianos, indígena del Cáucaso, resistieron durante casi tres siglos a las invasiones y campañas de conquista, pero en 1864, tras una resistencia feroz, fueron sometidos en una masacre que dejó una huella imborrable en su historia.
Según cifras oficiales, aproximadamente 2 millones de circasianos fueron exiliados de sus tierras, distribuidos en 161 países, y casi medio millón falleció en la ruta por epidemias, hambre y condiciones inhumanas. Los sobrevivientes fueron forzados a abandonar su tierra y poner en marcha un proceso de asimilación cultural forzada en sus lugares de exilio.
El vicepresidente adjunto de la Comisión de Pueblos y Creencias del Partido DEM, Yüksel Mutlu, comentó en una declaración en este día que “la fecha no es solo el nombre de un conflicto, sino también el de un desastre planificado y sistemático para destruir a un pueblo”, y subrayó que “a pesar del gran sufrimiento, el pueblo circasiano no ha renunciado a defender su identidad, cultura y memoria histórica”.
En la actualidad, los circasianos en Turquía reivindican derechos fundamentales como el aprendizaje de su lengua materna, la conservación de su cultura y la igualdad en derechos civiles y políticos. Además, la comunidad exige el reconocimiento oficial del genocidio y la justicia por los crímenes históricos. La lucha por regresar a su patria ancestral, obtener la doble ciudadanía y mantener viva su identidad cultural son demandas legítimas que deben ser atendidas como parte del proceso de reparación y justicia.

La Asociación de Derechos Humanos (IHD) ha calificado el genocidio circasiano como la primera limpieza étnica y genocidio en la historia moderna europea, reiterando que “los crímenes de genocidio no prescriben” y llamando a la comunidad internacional, especialmente a Turquía, a reconocer oficialmente este crimen. La IHD enfatizó que la confrontación, el reconocimiento, el perdón y la compensación son esenciales para sanar heridas abiertas hace más de un siglo.
Como informara SoyArmenio.com, asimismo, la organización sostuvo que las pérdidas sufridas por los circasianos deben ser reparadas y que la eliminación de obstáculos legales y la adopción de políticas específicas para promover su cultura y lengua son pasos necesarios para avanzar hacia la paz social. Desde hace más de un siglo, el pueblo circasiano pide justicia y reconocimiento, y hoy, en su aniversario, su sufrimiento y resistencia son recordados con respeto y solidaridad internacional.
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