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La fractura del CCAF revela el agotamiento del modelo comunitario armenio en Francia

La comunidad armenia del sur de Francia suspende su participación en el CCAF por las actividades antigubernamentales de la FRA

La diáspora armenia en Francia vive una de sus semanas más tensas en décadas. Tres textos, tres respuestas y tres visiones opuestas sobre el futuro del mundo armenio expusieron las fracturas internas de un sistema comunitario en crisis.

Hoy, tras la creación del Collectif, la réplica de Toranian, la tribuna de Dzagoyan y la ofensiva de la FRA, el CCAF aparece fracturado, debilitado y deslegitimado.
Las tensiones internas ya no se ocultan: se exhiben ante toda la comunidad.

Un nuevo colectivo que desafía al establishment

Todo comenzó el 5 de octubre en Marsella, cuando 73 asociaciones anunciaron la creación del Collectif National Arménie-France, una estructura destinada a fortalecer el vínculo entre la diáspora y la República de Armenia bajo los valores de soberanía, solidaridad y responsabilidad.

La novedad: entre los firmantes figuraban organizaciones históricamente cercanas al CCAF, como la JAF y el Hentchak, junto a los disidentes del CCAF Marsella. Para muchos observadores, fue la señal de una escisión interna profunda. El tradicional “frente armenio de Francia” ya no existe: está dividido en dos polos irreconciliables.

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La fractura del CCAF marca un punto de no retorno en la diáspora armenia de Francia. Tres visiones de una crisis de representación

Ara Toranian contraataca desde Nouvelles d’Arménie

Dos días después, Ara Toranian, copresidente del CCAF y director de Nouvelles d’Arménie Magazine, publicó una tribuna titulada “De l’organisation du pluralisme”.
Acusó al nuevo colectivo de ser “una fachada pluralista al servicio del gobierno de Nikol Pashinyan”, y de intentar centralizar la vida comunitaria bajo la influencia de Ereván.

Según Toranian, el Collectif agrupa a los sectores ex pro-soviéticos (JAF, Hentchak) y al Consejo Franco-Armenio de Daniel Kurkdjian, además del llamado “grupo niçois” de Samson Ozararat, favorable a la normalización con Turquía.
“El riesgo es un silencio en los rangos, donde el consenso sustituya al debate y la lealtad reemplace la independencia de espíritu”, escribió Toranian.

La tribuna desató una tormenta interna. Por primera vez, las críticas al CCAF no venían de su periferia, sino desde su propio núcleo.

La réplica de Dzagoyan: una llamada a la libertad

Pocos días después, Arménie Info publicó el derecho de respuesta de René Dzagoyan, titulado “La force du lien”.
El texto desmontó, punto por punto, el argumento de Toranian, acusándolo de monopolizar la voz pública en nombre de una falsa unidad.

“La fuerza del vínculo, escribió Dzagoyan, no reside en el miedo a dividirse, sino en la confianza compartida de poder debatir sin traicionarse.”

El artículo se volvió viral y fue celebrado como un manifiesto por una diáspora más libre y consciente de su responsabilidad política.

El contraataque de Toranian y la sombra dachnak

La respuesta de Toranian no tardó. En NAM, publicó un extenso encuadre justificando haber difundido la réplica “por pluralismo”, aunque no evitó un tono agrio:
“Esta diatriba de 2.476 palabras, de una rareza virulenta contra la redacción de NAM, ilustra una lógica de confrontación más que de unión.”

En su defensa, recordó que Pascal Chamassian, Alexis Govciyan y Michaël Cazarian, hoy impulsores del Collectif, fueron los redactores de los estatutos híbridos del CCAF frente al proyecto alternativo de la FRA Dachnaktsutiún, partidaria del sufragio universal.
Para Toranian, “ignorar ese contexto es simple mala fe”.

Su nota concluyó con un tono paternalista:
“Destruir es fácil. Construir exige infinitamente más esfuerzo. Que prevalezca el espíritu de responsabilidad.”

Sin embargo, mientras el debate mediático crecía, el clan dachnak intervino. Desde canales afines a la FRA, algunos militantes acusaron al Collectif National Arménie-France de “servir a Turquía”.
La acusación surgió tras un tuit de la Federación de asociaciones turcas de Suiza Romanda:
“Dime quién te apoya y te diré a quién sirves realmente.”

El mensaje apuntaba a la presencia de Samson Ozararat, promotor del diálogo con Turquía. Pero el tema fue utilizado para deslegitimar a todos los disidentes.
Como recordó un analista de Armenie Info, “paradójicamente, los mismos que hoy acusan de turquismo trabajaron junto a Robert Kocharyan en los 90, cuando este se reunió con los Lobos Grises turcos”.

Papazian: “La democracia, o nada”

En medio del caos, una voz se mantuvo firme: Jacques Raffy Papazian, presidente del Mouvement Arménien. En su tribuna “La démocratie, sinon rien”, pidió un moratorio de un año para organizar elecciones proporcionales, libres y supervisadas por figuras neutrales.

Denunció el falso proceso de reforma del CCAF, donde solo un cuarto de los cargos se sometería al voto.
“Cambiar de nombre sin cambiar de método no es reformar: es prolongar el mismo sistema”, escribió.

El movimiento reafirma su visión: una Armenia democrática y soberana, y una diáspora independiente y europea.

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