SoyArmenio
El Congreso de Estados Unidos realizó el 2 de abril de 2025 su Conmemoración anual del Genocidio Armenio, en la que exigieron la liberación inmediata de los prisioneros de guerra armenios, el derecho al retorno de los desplazados de Artsaj y sanciones contra los gobiernos de Azerbaiyán y Turquía por su limpieza étnica y crímenes de guerra.
Durante el evento, realizado en el Centro de Visitantes del Congreso de EE.UU., los participantes presentaron testimonios y demandas políticas contra Turquía y Azerbaiyán. George Aghjaian, presidente del Comité Nacional Armenio de América, destacó la continuidad del genocidio a lo largo de la historia.
«Este crimen no terminó en 1915. Continúa hoy», declaró Aghjaian, recordando la historia de su abuela, quien presenció la decapitación de su padre y pasó seis años en cautiverio antes de ser liberada.
Aghjaian también relató su visita a Nagorno-Karabaj en 2020, donde observó el miedo y la desesperanza en los ojos de los niños desplazados, una situación similar a la de su abuela décadas atrás.
Congresistas exigen medidas contra Azerbaiyán y Turquía
El evento fue organizado por el Caucus del Congreso sobre Asuntos Armenios y apoyado por el Comité Nacional Armenio de América y la Asamblea Armenia de América.
Doce miembros del Senado y la Cámara de Representantes participaron en el acto, incluyendo a los senadores Cory Booker, Andy Kim, Ed Markey y Adam Schiff, junto con los representantes Frank Pallone, Brad Sherman, Jim Costa y otros.
Entre los reclamos principales se destacaron la suspensión de la ayuda militar de EE.UU. a Azerbaiyán, la aplicación de sanciones Magnitsky a los criminales de guerra azerbaiyanos; la liberación inmediata de prisioneros de guerra armenios y garantizar el derecho al retorno de los desplazados de Artsaj bajo protección internacional
EE.UU. frente a la responsabilidad histórica
Este evento reafirma el compromiso del Congreso estadounidense con la justicia histórica y los derechos humanos. Desde la Oficina Central de Hay Dat del Buró de la ARF, se instó a las autoridades de EE.UU. a tomar medidas decisivas contra las políticas genocidas de Turquía y Azerbaiyán, subrayando la necesidad de una paz justa y sostenible en la región.
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