Klaus Lange Hazarian Al comienzo de las negociaciones entre los representantes de Stepanakert y Bakú en Evlakh, hubo informes falsos de que tropas de Bakú violaron el alto el fuego y avanzan en diferentes direcciones, incluida Stepanakert.
Luego, llegó información que las vías de circulación de la ciudad se encontraban cerradas para impedir la salida de la población. Anteriormente, los rusos convocaron a la gente al aeropuerto para evacuarlos hacia Armenia y luego les dijeron que Ereván no los recibía.
El Kremlin anunció oficialmente ayer que lo que está sucediendo en Artsaj es un asunto interno de Bakú, que no hay limpieza étnica. En la sesión del Consejo de Seguridad de la ONU dijo que la culpa es de Armenia por reconocer que Artsaj era parte de Azerbaiyán De hecho, el enviado ruso casi dejó sin argumentos contra Armenia sin usar para el delegado azerí.
A su vez, el «plan de regulación» redactado en Moscú y discutido en Evlakh legitima las acciones de Bakú, y esto debería haber sucedido antes de la sesión del Consejo de Seguridad de la ONU.
El objetivo de la «mediación de alto el fuego» de Moscú es desarmar a los armenios y abrir el camino al ejército de Bakú para tomar posesión formal de la fallecida república de Artsaj. Sin ese acto simbólico, Aliyev no corona su campaña militar de 3 años,
La limpieza étnica le paree poca cosa a Moscú, y lo peor está planeado: Artsaj se convertirá en un campo de concentración; sin armenios, no hay justificación para que los rusos se queden en la región.
Bakú afirma que preparó una lista de miles de personas que deberían ser arrestadas. La población de Artsaj se está convirtiendo en rehén de la implementación de los planes Moscú-Bakú en dirección a Armenia.
En estas condiciones, habrá una pequeña deportación de la población armenia en «carácter voluntario», de modo que Estados Unidos, la Unión Europea, Rusia y otras partes del consenso sobre el genocidio de Artsaj justificarán que los propios armenios querían irse.
La mesa está servida. Rusia ahora va por Armenia.
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