Los resultados de la reunión Pashinyan-Putin-Aliyev en Moscú pueden evaluarse de diferentes maneras; podría haber sido peor o mejor. Pero el mismo hecho de la reunión de Moscú es otra retirada de Armenia del sistema de seguridad anterior.

En un artículo publicado el día de la reunión de Moscú, el presidente armenio, Armen Sargsyan, escribía que durante 30 años Armenia no había hecho más que intentar prevenir la guerra en Karabaj por medios diplomáticos. El presidente lo consideró una política equivocada.
Sin embargo, durante 30 años, se construyó un tipo de sistema de seguridad de Armenia, que incluía varias capas. Este sistema, como mínimo, hizo posible no solo evitar la guerra, sino también la participación de Turquía en ella, y evitar la coalición ruso-turca y el uso de la fuerza para resolver problemas.
El nivel más alto de ese sistema era que la cuestión de Karabaj se discutía al más alto nivel con la participación de tres miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU: Estados Unidos, Francia y Rusia. La cuestión de Karabaj era la única cuestión en la que los presidentes de los tres países hacían declaraciones conjuntas, refrenándose mutuamente.
Las razones de la salida de este nivel y la transición a un nivel inferior «Rusia-Turquía-Azerbaiyán-Armenia» podría ser un tema de estudio por separado. Es difícil decir si hubo un consenso de los países copresidentes sobre el estallido de la guerra en Artsakh, si Estados Unidos y Francia dieron «permiso» a Moscú y Ankara para dividir la región. El hecho es que Armenia no hizo aún ningún intento público de devolver el proceso al nivel de tres miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, al mismo tiempo que no se niega a discutir los temas en otros formatos.
Ahora, la tarea principal de Armenia es restaurar un sistema de seguridad de múltiples capas, cuyo componente principal es la copresidencia del Grupo de Minsk de la OSCE. Y Nikol Pashinyan debería proponer la participación en las negociaciones exclusivamente en el formato del Grupo de Minsk, como condición para discutir cualquier tema, incluso el Corredor Meghri.
Armenia no debe participar en negociaciones en un formato que presupone un acuerdo ruso-turco y no debe descender del nivel internacional, que es el más alto, a uno regional.
Esto no significa en absoluto que Estados Unidos y Francia defenderían inequívocamente a Armenia. Solo significa que los problemas del estado de Artsaj, la apertura de la región y la determinación de las fronteras se resolverán no obligando a Armenia a tomar decisiones ruso-turcas, sino en contextos geopolíticos más amplios.