Human Rights Watch condenó a Azerbaiyán por tomar enérgicas medidas contra los activistas de la oposición tras las protestas no autorizadas del 14 de julio en Bakú .
Un comunicado emitido el 19 de agosto y citado por RFE/RL, decía que muchas personas habían sido arrestadas por «cargos inventados»; que iban desde violar las restricciones impuestas por el coronavirus hasta planear un golpe.
A mediados de julio, miles de personas salieron a las calles de Bakú en apoyo de sus fuerzas armadas durante un enfrentamiento fronterizo con Armenia . Un grupo de manifestantes irrumpió en el edificio del parlamento.
Las autoridades evaluaron las manifestaciones como un intento de derrocar al gobierno organizado por la oposición. Decenas de manifestantes fueron arrestados , entre ellos unas dos docenas de miembros del partido de oposición Frente Nacional.
«La última ola de arrestos en Azerbaiyán sigue a arrestos por motivos políticos, procesamientos y amenazas de eliminar a uno de los partidos de oposición más antiguos del país. Las autoridades deben poner fin de inmediato a la represión, liberar a los detenidos e investigar las acciones de las fuerzas del orden»
Giorgi Gogia, subdirector regional de Human Rights Watch para Europa y Asia Central.
Las últimas detenciones en Azerbaiyán comenzaron después del discurso del presidente Ilham Aliyev en que llamó a la oposición «traidores armenios», «enemigos» y «quinta columna»; prometiendo resolver sus problemas.