Cumplió 65 años el Pogromo en Turquía que causó la devastación de las minorías griegas, judías y armenias. Ocurrió entre el 6 al 7 de septiembre de 1955 y hasta la fecha la República de Turquía no condenó ni se disculpó por el incidente, que fue provocado por el propio gobierno turco de entonces.
Según datos oficiales, 73 iglesias, 8 cementerios, 2 monasterios, 5.538 hogares y tiendas (3.584 de ellos pertenecientes a griegos de Anatolia) fueron quemados, destruidos y saqueados solo en Estambul.
También según los registros oficiales, 60 mujeres fueron violadas y varias personas fueron asesinadas. Se demostró, además, que estas cifras son mucho más altos que los que figuran en los registros oficiales gracias a varias investigación realizadas sobre el tema.
El Pogromo del 6 al 7 de septiembre de 1955 es una vergüenza mayor para Turquía, ya que además permitió el saqueo planificado de las requisas y propiedades de los griegos, armenios y judíos, obligándoles a emigrar y a prohibirles llevarse dineros o vender sus propiedades, ante el silencio cómplice de las potencias de la época.
Los perpetradores de este pogromo nunca recibieron ninguna sentencia, como en varios otros incidentes negativos en la historia de la República. Por el contrario, los perpetradores recibieron ascensos políticos en lugar de castigos.
Sabri Yirmibesoglu, quien dijo que «la operación fue realizada por la División de Guerra Especial. Fue una gran organización. Y logró sus objetivos», estaba sirviendo en el Grupo de Investigación del Ejército durante el Pogromo. A lo largo de los años, escaló políticamente y terminó como Secretario General del Consejo de Seguridad Nacional entre 1988 y 1990.
Oktay Engin, el hombre que colocó la bomba en la casa familiar de Atatürk en Thessaloniki, provocó el pogromo y luego comenzó su carrera como estudiante de derecho en la Universidad de Thessaloniki y terminó en un puesto tan alto como el de gobernador Nevşehir entre 1992 y 1993.