La riqueza del suelo de Armenia puede utilizarse para entrar en la producción mundial de coches eléctricos y paneles solares si introduce valor en la cadena de producción en el cobre, lo que llevaría al país a producir al menos 100.000 toneladas de cobre puro al año.
Así lo expresó en una conversación con Sputnik Armenia, el director del Instituto de Metalurgia de Montaña y Tecnologías Químicas, doctor en Ciencias Técnicas, el profesor Armen Hovhannisyan.

«Hoy en día existe una gran demanda de litio, cobalto y cobre en todo el mundo. Ya sabes que los coches eléctricos utilizan materia prima de cobre. El litio se utiliza en paneles solares. Hoy el mundo entero está obsesionado con estas producciones. Y tenemos reservas bastante importantes de minerales sólidos útiles: cobre, zinc, plata, oro y plomo», afirmó Hovhannisyan.
Sin embargo, según el científico, los recursos naturales no son suficientes para ganar una posición en el mercado mundial y también para desarrollar la propia economía. Lo que la industria minera armenia necesita es modernización.
Uno de los problemas más importantes es la falta de una cadena completa de procesamiento de minerales. Armenia, al ser un país minero, no es un vendedor de productos finales.
«Uno de los principales problemas actuales es el problema de la producción de cobre puro. Extraemos mineral del subsuelo, que se enriquece, y esa materia prima enriquecida, el concentrado, se vende. No tenemos ningún producto final de cobre. Hay una cierta cantidad de molibdeno, que nos proporcionan las empresas «Soft Iron» y «Molybdenum Production», pero no tenemos cobre en absoluto», señala Hovhannisyan.
Según los cálculos del científico, en nuestro país es posible producir al menos 100.000 toneladas de cobre puro al año, y la introducción de la cadena de producción del cobre garantizará un rápido crecimiento de la economía de Armenia.
El gobierno armenio también plantea repetidamente la cuestión ante el Primer Ministro. Pero todavía no se tomaron medidas prácticas.

Según la convicción de nuestro interlocutor, el principal motivo para no convertir las palabras en hechos es la aparición de posibles problemas ecológicos como consecuencia del aumento de la capacidad de producción. Por lo tanto, según él, primero es necesario resolver el problema de la producción ecológicamente segura y luego desarrollar la producción basada en ella.
«Entiendo que las cuestiones medioambientales son importantes, pero no debemos olvidar también el componente económico. Tenemos que ponerlo en la balanza, ver cuál es pesado y cuál es liviano. Hoy todo el mundo habla de ello», afirma Hovhannisyan y añade que hay problemas. Pero también hay una agenda dictada artificialmente. Especialmente cuando los representantes de Azerbaiyán «se preocupan» por los problemas medioambientales en Armenia.
«El verdadero significado del ruido de Azerbaiyán es obstaculizar el desarrollo de la economía de Armenia», está convencido nuestro interlocutor.
En cuanto a los recursos profesionales, Armen Hovhannisyan asegura que hoy en Armenia hay especialistas altamente calificados que son capaces de desarrollar las últimas tecnologías para la explotación del subsuelo y la cadena productiva. Lo único que queda son ganas y dinero.
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