La situación en el sur del Cáucaso sigue siendo frágil, y mientras Armenia trata de reanudar las conversaciones de paz, incluso sobre la solución del conflicto de Nagorno-Karabaj para así establecer la estabilidad y la paz en la región, Azerbaiyán continúa con su política de provocar y amenazar a usar la fuerza.
Así lo afirmó el ministro de Relaciones Exteriores de Armenia, Ararat Mirzoyan, en una entrevista con el periódico griego “Kathimerini”, respondiendo a la pregunta de si la guerra en Ucrania puede afectar los desarrollos diplomáticos en el sur del Cáucaso.
Mirozyan recordó que después de la situación en Ucrania, las fuerzas armadas de Azerbaiyán invadieron la aldea de Parukh en Nagorno-Karabaj, lo que estuvo precedido por continuos bombardeos de aldeas e infraestructura civil, llama a la población armenia pacífica de las aldeas vecinas a abandonar sus hogares bajo el amenaza de fuerza, interrupción del gasoducto durante varias semanas en un clima frío sin precedentes.
“En la actualidad, cuando la atención de todo el mundo está fijada en Ucrania, Azerbaiyán puede en cualquier momento intentar iniciar una provocación a gran escala. Por lo tanto, es extremadamente importante que la comunidad internacional tome medidas efectivas para evitar los intentos de desestabilizar la situación en el sur del Cáucaso”, subrayó Mirzoyan.

Respondiendo a la pregunta de si Armenia es optimista en el contexto del arreglo de las relaciones con Azerbaiyán, el Ministro recordó que de conformidad con las declaraciones tripartitas del 11 de enero y el 26 de noviembre de 2021, adoptadas sobre la mediación de Rusia, y los acuerdos alcanzados en Bruselas , Armenia inició un diálogo constructivo con Azerbaiyán sobre el arreglo general de las relaciones, la delimitación y la seguridad de las fronteras entre los dos países, así como sobre el desbloqueo de los lazos económicos regionales y las comunicaciones de transporte.
“Reafirmamos nuestra disposición a realizar esfuerzos constructivos en todas las direcciones. Me gustaría enfatizar que el proceso podría haber sido mucho más fácil y efectivo si Azerbaiyán se hubiera abstenido de su peligroso expansionismo y su retórica anti-armenia, hubiera dejado de mantener en cautiverio a muchos prisioneros de guerra y civiles armenios, destruido el patrimonio cultural y religioso armenio, e impidió la entrada de organizaciones humanitarias internacionales a la zona del conflicto de Nagorno-Karabaj”, subrayó.
En general, según el Ministro de Relaciones Exteriores de Armenia, a pesar de toda la sangre y el odio que hubo en la región, existe una oportunidad real para la paz en el sur del Cáucaso.
“Armenia ha confirmado repetidamente su disposición a establecer una estabilidad a largo plazo y abrir una era de desarrollo pacífico en la región. Al mismo tiempo, es obvio que estos esfuerzos no pueden ser unilaterales, y en este sentido esperamos un enfoque igualmente constructivo y pasos prácticos sinceros por parte de Azerbaiyán”, dijo Mirzoyan.