Una mafia de la madera, compuesta por 40 personas entre guarda parques, carpinteros y comerciantes, fueron acusados penalmente de talar ilegalmente 9.382 árboles en el Parque Nacional Dilijan, causando un daño al estado cercano a los AMD1,600 millones (alrededor de US$3 millones)

Según la investigación del Comité de Investigación de Armenia, algunos residentes de las aldeas Teghut y Haghartsin adyacentes a la reserva, que poseen camiones y tractores de orugas, iniciaron una conspiración criminal con los empleados del parque nacional y, con su consentimiento, organizaron la tala ilegal de 9.382 árboles de varios tipos y diámetros, entre 2014 y 2019.
Algunos de los árboles cortados se vendieron en una empresa de carpintería en Ijevan, y otros se vendieron para leña en Armavir y Gegharkunik.
Sobre la base de la suma de las pruebas suficientes obtenidas, se trajo como acusados a 40 personas, incluidos varios empleados del Parque Nacional Dilijan, personas involucradas en la tala ilegal y ciudadanos que compraron esta madera.
La mafia de la madera
En el parque nacional de Dilijan se vienen llevado desde hace años una campaña contra lo que llaman la ‘mafia de la madera’ del país.
Dilijan y su entorno circundante es posiblemente el lugar turístico más desarrollado de Armenia. Situado en el norte del país, el parque nacional de 240 kilómetros cuadrados se extiende por las cadenas montañosas de Pambak, Areguni y Miapor.
Los armenios la apodan ‘mini Suiza’, debido a los prados alpinos y las montañas onduladas y es el hogar de osos, ciervos, zorros, linces y serpientes.
El área fue un refugio para artistas durante la Unión Soviética, pero sus picos, gargantas, lagos y sitios de patrimonio cultural significan que se ha convertido en un paraíso para el senderismo en los últimos años. Esta reputación emergente se basa en el mantenimiento de un medio ambiente rico y, en particular, de sus árboles y vida silvestre.
Armenia es uno de los 70 países de todo el mundo que se considera de «bosque bajo», lo que significa que sus bosques cubren menos del 10% de la superficie total de Armenia.
Pero ese no fue siempre el caso. Los expertos ambientales consideran que muchos de los datos no son confiables, aunque una verdad es cierta: el colapso de la Unión Soviética provocó dificultades económicas y la gente recurrió a los árboles como su principal fuente de combustible. El problema empeoró en la década de 1990 cuando una crisis energética se apoderó del país durante su conflicto con Azerbaiyán en lo que se llamó la Primera Guerra de Nagorno-Karabaj.
Muchas familias de bajos ingresos en las comunidades rurales de Armenia continúan calentando sus casas con leña; mientras que otros dependen del trabajo que realizan quienes controlan la industria de la tala ilegal.
Las autoridades del parque nacional, que durante tanto tiempo fueron ineficaces o no quisieron reducir la tala, se vieron obligadas a centrar su atención en el tema desde que cambiara el gobierno. Varios exdirectores del organismo fueron arrestados en marzo de 2018 por cargos de tala ilegal y persisten los rumores de corrupción.
Pero una mayor presencia nacional rindió sus frutos y se ve reflejado en un aumento de 32% de causas penales por daños al medio ambiente en 2018, de las cuales más de tres cuarto fueron por tala ilegal. Se considera que el aumento se debe a un mayor enfoque en las investigaciones del comportamiento delictivo, en lugar del aumento de la tala ilegal, según la Fiscalía General.
De los delitos registrados en 2018, se enviaron a los tribunales casos contra 19 personas y se condenaron a 7 personas.