La percepción del proceso de integración con la Unión Económica Euroasiática (UEE) por parte de Armenia bajó significativamente en los últimos años, así como la de Rusia como socio estratégico.
El académico de la Academia Nacional de Ciencias de la República de Armenia, el profesor Gevorg Poghosyan, afirmó esto durante la mesa redonda de expertos «Perspectivas para el desarrollo de la integración económica de Eurasia y los intereses de Armenia».
Así, según él, en Armenia en 2012, el 61% de los encuestados apoyaba la integración, y en 2017 ya el 50%; en Rusia, en 2012, el 72% y en 2017, ya el 68%.

“Nosotros, los políticos y los economistas, tenemos que entender por qué está pasando esto. Aparentemente, las expectativas eran altas y no se están cumpliendo muy rápido, y la integración en sí se ha ralentizado un poco. Todo esto se nota, se percibe por la sociedad y afecta el grado de optimismo y confianza”, dijo.
Poghosyan enfatizó que la actitud de la población armenia hacia Rusia como socio estratégico también se deterioró un poco: el 87% de los participantes de la encuesta en 2018 calificaron las relaciones de Armenia con Rusia como buenas, mientras en 2022 era del 59,6%.
«A pesar de esto, Rusia entonces y ahora es considerada nuestro principal socio, el estado amigo más cercano. Eso no se discute. Tenemos lazos históricos, culturales, humanos», enfatizó.
Poghosyan enumeró como ventajas del proyecto de integración de Eurasia, en particular, la energía y la seguridad, y señaló, sin embargo, que están siendo mal utilizadas.
Al mismo tiempo, entre las desventajas de la integración, señaló una economía débil, falta de tecnologías innovadoras, atraso económico, problemas en el ámbito social.
“Si la población se apresura a ir a los países europeos, significa que están mejor allí. Dicen que “la gente vota con los pies”, dijo el experto. Al mismo tiempo, señaló que “si Rusia, como locomotora de la UEE, comienza a utilizar sus ventajas con gran inteligencia y le agrega lo que aún no tiene, este proyecto de integración no valdrá la pena”.
En este contexto, según Poghosyan, Armenia ganará no solo en términos energéticos y económicos, sino también en términos demográficos, porque el país está pasando por un proceso de despoblación, y ese problema es existencial para el país.
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