El 25 de abril, las fuerzas armadas de Azerbaiyán, con el pretexto de una pandemia, con el pretexto del Covid, prohíbe que un grupo de peregrinos que iban a que se ordene un sacerdote armenio, visitaran Dadivank.

La prensa dijo que el 25 de abril, el ejército azerbaiyano no permitió que los peregrinos visitaran Dadivank. La información confirmada por el vocero de la Santa Sede Madre de Etchmiadzin, Vahram Melikyan.
El sacerdote Vahram detalló que ese día se planificó que un monje que vive allí se ordenara sacerdote; lo cual se anunció con anticipación y se acordó con las fuerzas de paz rusas.
Así, contrariamente a toda la necesaria gestión inicial, no fue posible acercarse al monasterio. Además, de 25 redujeron los permisos a 10. Y después de la prohibición, ni siquiera se permitió llevar comida que regularmente se les da a los monjes.
“Es obvio que de esta manera la parte azerbaiyana trató de frustrar la ordenación sacerdotal; que se organizó en la noche del mismo día en el monasterio de Gandzasar“; dijo el jefe del sistema de información de la Madre Sede de Santa Etchmiadzin.
El sacerdote Vahram condenó el rechazo de Azerbaiyán a esta actitud, que, en su opinión, crea obstáculos artificiales a la cuidadosa misión del monasterio histórico armenio y su Congregación; violando los acuerdos alcanzados a través de la mediación de las autoridades rusas en sus actividades.
“La política de Azerbaiyán es una grave violación de los derechos humanos; es otra expresión de odio a los armenios, la invasión de los santuarios y el cuidado del pueblo armenio“; dijo el jefe de información de la Santa Sede Madre de Etchmiadzin